¿Alguna vez has escuchado que "el creativo" es alguien que vive en las nubes o que su inspiración surge de magia pura? Aunque es cierto que la creatividad requiere hacer cosas diferentes, pocas veces se habla de algo esencial: la capacidad de hacer preguntas.
Desde pequeños, aprendemos que dar respuestas correctas es lo que se premia, especialmente en la escuela. Sin embargo, este enfoque nos condiciona. Nos hace temer equivocarnos y evita que preguntemos por miedo a parecer ignorantes, limitando nuestro pensamiento. Pero, si lo pensamos bien, muchos de los grandes descubrimientos y toda la filosofía nacieron de cuestionamientos y la búsqueda de respuestas.
Sir Ken Robinson dice: "La creatividad está en todo lo que damos por sentado, y es porque lo damos por sentado que es tan difícil de encontrar." Esto sucede porque dejamos de cuestionar lo que nos rodea. En cambio, el pensamiento de diseño nos invita a ver el mundo como un prototipo, donde todo puede mejorarse y rediseñarse, siempre que nos atrevamos a preguntar.
¿Por dónde empezar si no sabes qué preguntar?
Las preguntas son herramientas poderosas: definen tareas, identifican problemas y delimitan temas. Ejercitarnos en el arte de preguntar requiere curiosidad, observación y un deseo genuino de entender mejor. Según Richard Paul, los cuestionamientos analíticos pueden dividirse en 8 categorías que nos ayudan a estructurar nuestro pensamiento:
Propósitos:¿Qué queremos lograr?Cuestiona los objetivos para entender qué hay detrás de un pensamiento o acción y su intención.
Preguntas:¿Lo que me estás preguntando es…?Profundiza en las preguntas para comprender mejor sus orígenes e inquietudes.
Información:¿La información que tenemos está validada?Analiza los datos, las experiencias y su trasfondo para asegurarte de que son confiables.
Conclusiones:¿Cómo llegaron a esa conclusión?Examina juicios y soluciones para entender cómo se formaron.
Conceptos:¿Por qué pensamos que eso es correcto?Cuestiona las ideas y los conceptos que dan forma al pensamiento.
Suposiciones:¿Qué estamos dando por sentado?Identifica lo que se está asumiendo sin cuestionar.
Consecuencias:¿Hemos contemplado los resultados de hacer tal cosa?Evalúa las posibles implicaciones y efectos de las acciones.
Puntos de vista:¿Existe otro punto de vista que debamos considerar?Amplía tu perspectiva analizando diferentes enfoques.
Pregunta, escucha e innova
Llenar tu cerebro de preguntas lo entrena para generar ideas, encontrar soluciones y plantear más preguntas que te harán cada vez más creativo. No tengas miedo de incomodar al cuestionar procesos o comportamientos en tu empresa. Es así como se encuentra la innovación y se cambia el futuro.
Sin embargo, no olvides que el verdadero arte de preguntar también depende de la habilidad de escuchar. Pero… ¡ese es un tema para otro post!
"La calidad de nuestro pensamiento está en la calidad de nuestras preguntas."—Richard Paul
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